Crece la indignación general por el crimen de Vita Aranda y la falta de respuestas por parte de las autoridades
El gobierno no esta entendiendo lo que pasa. La gente quiere que encuentren al sicario que mató a Vita Aranda y el ministro del Interior pretende calmarla denunciando vínculos e influencias de un contrabandista de cigarrillos ante el Congreso.
Los organismos de seguridad sabían que narcos de Pedro Juan Caballero habían llegado en masa a San Bernardino. Conocían también sus intenciones de ir al festival Ja’ umina. Sin embargo, no mandaron un solo efectivo al evento y dejaron la seguridad del anfiteatro en manos de los organizadores.
La ambulancia que trasladó a Vita Aranda desde el lugar donde recibió el disparo fatal hasta el Hospital de Itaugua no contaba con los elementos indispensables para la atención de un herido. Su conductor tampoco conocía el camino.
Pero Giuzzio esta convencido que todo se soluciona con una acusación contra Horacio Cartes.
Son dos las cosas que hoy movilizan a la gente en el mundo. Que movilizan al punto de poner patas para arriba un gobierno; la indignación respecto a un hecho y que este hecho se convierta en causa. El atentado en Sanber reúne estos dos elementos. Este sábado 5 de febrero seguramente sean miles los que participen de la marcha “Justicia por Vita”, una causa producto de un hecho que indigna.
Señores políticos, autoridades, comunicadores; abran los ojos. Dejen las guerras por el poder de lado y miren lo que pasa alrededor, porque sino lo hacen puede que cuando se den cuenta del error que cometen sea ya demasiado tarde.