“Los que se sientan a comer con Cartes no tienen voz relevante. Justifican su cercanía con un silencio cómplice” señaló Amarilla en clara alusión al presi del Congreso.

En su visita a los estudios de Nanduti, Amarilla advirtió que muchos liberales piensan convertir la relación con el cartismo “en un negocio político permanente”.

Aclaró que en un principió apoyó y fue parte del Pacto Azulgrana porque pensó que esto le permitiría a la oposición influir en las decisiones del Ejecutivo, pero que cuando vio que no era posible, decidió tomar distancia.

El parlamentario adelantó que pronto se sabrán más cuestiones que tienen que ver con la personalidad y los hábitos de Horacio Cartes que pueden afectar seriamente su capacidad para gestionar un país.

En otro momento de la nota, abogó por la construcción de un escenario político “donde se pueda recomponer el arco opositor”.

Opinó que el Senado es el lugar más propicio para articular cualquier tipo de alianza entre los sectores progresistas.