La razón fue su convencimiento de que es el mejor momento para que pueda producirse con toda normalidad el cambio en la Jefatura del Estado y la transmisión de la Corona al Príncipe de Asturias.

Personalmente, Juan Carlos comunicó: "Hoy merece pasar a la primera línea una generación más joven, con nuevas energías, decidida a emprender con determinación las transformaciones y reformas que la coyuntura actual”.

“El príncipe Felipe encarna la estabilidad que es seña de identidad de la institución monárquica. Tiene la madurez, la preparación y el sentido de la responsabilidad para asumir con plenas garantías la jefatura del Estado y abrir una nueva etapa de esperanza en la que se combinen la experiencia adquirida y el impulso de una nueva generación", calificó.

En su histórico discurso, emitido por la televisión y la radio española, el rey se mostró emocionado por su alejamiento del trono: "Quiero lo mejor para España, a la que he dedicado mi vida entera", indicó.

Asimismo, resaltó que la grave crisis económica sufrida en España durante los últimos años "ha dejado serias cicatrices en el tejido social, pero también nos está señalando un camino de futuro cargado de esperanza".

"Estos difíciles años nos han permitido hacer un balance autocrítico de nuestros errores y de nuestras limitaciones como sociedad", señaló y finalizando transmitió su "gratitud al pueblo español" y a la reina Sofía, "cuya colaboración y apoyo no me ha faltado nunca".

Por su parte, el presidente del Gobierno recordó el papel del rey en la transición democrática y dijo que "ha sido un defensor infatigable" de los intereses de España, desde 1975, año de su asunción; y reconoció que dejó "una impagable deuda de gratitud" a todos los españoles.

Agregó que ha convocado para este martes un Consejo de Ministros extraordinario para tramitar la renuncia del rey al trono, mediante la aprobación de una Ley Orgánica, como establece la Constitución española.

"Quiero transmitir que este proceso se desarrollará en un contexto de estabilidad institucional y como prueba de la madurez de nuestra democracia", manifestó Rajoy, mientras explicó que espera que en un plazo "muy breve" el Parlamento proclame como rey al príncipe Felipe, quien se convirtió en heredero de la Corona en 1977.

Problemas monárquicos

La abdicación de Juan Carlos I se produjo en un momento especialmente delicado para el país y también para la monarquía, afectada por el escándalo de corrupción que salpica a la hija del rey, la infanta Cristina.

La crisis económica socavó el prestigio de las instituciones, mientras España afronta un enorme desafío para su integridad con el referéndum independentista que Cataluña quiere celebrar el 9 de noviembre.

Juan Carlos ha sido una figura muy respetada por la sociedad, aunque su popularidad cayó mucho en los últimos años. Su salud también se vio resentida a partir de la necesidad de varias operaciones en la cadera y las rodillas.

Tras la muerte de Francisco Franco en 1975, el rey manejó la transición a la democracia en España en un decisivo papel que se vigorizó con el freno al intento de golpe militar en febrero de 1981; por lo que hace poco tiempo reveló que le gustaría ser recordado como quien “ha unido a todos los españoles" y que "ha traído la democracia".