-¿Qué información tenías respecto a la situación de la ocupación de Marina Cué?
Sabíamos que había un grupo de campesinos ocupando, parte del grupo que anteriormente ya había sido desalojado. Por eso montamos el mismo operativo que se había montado con anterioridad. Se puso en marcha el protocolo que incluía un trabajo previo con los ocupantes y que consistía en dialogar con ellos. De esto se encargaba la policía y funcionarios del Ministerio del Interior. Hicimos todo el proceso. A mí me apuraban, no solo en el caso Morombi sino en otros casos también de llevar adelante acciones inmediatas cuando había una orden de desalojo o una orden fiscal, incluso me amenazaron con llevarme a interpelar al Congreso. La Comisión de Defensa, que presidia el diputado José López Chávez, me llamó varias veces porque decían que no hacíamos caso o que demorábamos para hacer cumplir la orden fiscal o judicial, cosa que no era cierto. El Ministerio del Interior, la Policía y después la Fiscalía firmamos un convenio para que se respetara un proceso, con un protocolo en donde previamente se viera quien están en el terreno, si tenían armas sino tenían, si había niños, etc. Trabajando así efectuamos durante los nueves meses de mi gestión más de cien desalojos exitosos donde no se disparó un solo tiro y donde jamás hubo heridos.
-¿De este trabajo previo se encargaba entonces en mayor parte la Policía?
Sí, pero durante mi gestión se sumó la Fiscalía. Aunque en la práctica era la policía la que hacía este trabajo, junto con representantes del Ministerio del Interior de Derechos Humanos y Relaciones Interinstitucionales. Lo mismo que hicimos previamente en Curuguaty habíamos hecho en Ñacunday por ejemplo, o en lugares muy conflictivos y siempre nos dio muy buen resultado en lo que tiene que ver con evitar la violencia. En Morombí se hizo este trabajo y si bien sabíamos que había campesinos armados, las armas que determinamos tenían eran o palos o escopetas viejas, las que finalmente se incautaron. Por eso la policía entró e hizo el procedimiento con dos órdenes: la fiscal, de detención de personas ajenas al inmueble y la de allanamiento, que era la orden judicial.
-Para entender un poco mejor ¿Ustedes tenían una especie de mapa de las ocupaciones?
El problema de fondo es la desigualdad en torno al acceso a la tierra: el 2% tiene el 80% del total y eso, en un país fundamentalmente agrícola donde muchos campesinos viven de la tierra, hasta que no se produzca una reforma agraria integral como la que el gobierno de Lugo empezó a hacer va a seguir potenciando ocupaciones. Hay algunas que tienen años, como Ñacunday por ejemplo. Lo mismo en Caaguazú, Caazapá, teníamos todo bien mapeado. Pero te repito: mientras yo estuve al frente del Ministerio, los campesinos nunca reaccionaron como dicen que lo hicieron en Curuguaty. Yo niego categóricamente desde mi punto de vista y después de ver la investigación que hizo la Plataforma de Estudios e Investigación de Conflictos Campesinos, que los campesinos que ocupaban Marina Cué sean los autores de los disparos que terminaron con la muerte de los policías.
-¿Quién te mantenía informado sobre las diferentes ocupaciones?
De este tipo de cosas me informaba directamente el Comandante de la Policía (Paulino Rojas). Eso se debe a que la Policía es el brazo ejecutor de la justicia. El comandante era quien me pasaba los informes. Teníamos también, como te dije anteriormente, la Dirección de Derechos Humanos del Ministerio a la que le dimos muchísima importancia en nuestra gestión dirigida por Juan Bautista Rivarola, y una dirección de Relaciones Interinstitucionales que trabajaban junto a la policía en la etapa previa e intentaban que la gente abandonara el lugar por su propia cuenta. Pero el informe del procedimiento policial era el comandante de la policía el que me lo pasaba. A su vez, el recibía su informe del jefe de la policía zonal, del jefe de la policía local…es decir, sus subalternos.
-¿Nunca te expresó temor por lo que pudiera suceder en Curuguaty?
Nunca. Es más, en algunos lugares donde existía posibilidad de problemas posponíamos o dotábamos de mayor cantidad de policías.
-Repasemos la cadena de mandos dentro de la Policía…
Como te dije antes, el comandante recibía el informe del jefe de zona (que tiene a su cargo varios departamentos) en este caso era Arnaldo Sanabria, que tenía a su cargo Canindeyú, Concepción y Amambay, del jefe departamental, Vera (Pablino), y del de Orden y Seguridad de Saltos (del Guairá), Anoni (Miguel), y el Jefe Local que no recuerdo el nombre…el comandante me informaba.
-¿Es difícil para un ministro saber con certeza lo que sucede, debe confiar mucho en su comandante y subalternos…?
Es difícil porque (respira profundo) hay muchos casos, hay días en que la policía actuaba en dos lugares a la vez. La concentración de la tierra es un proceso no resuelto.
-¿Lovera (Erven) participó de un desalojo en Ciudad del Este el día anterior?
No recuerdo, teníamos muchos casos. La Policía y el poder judicial tienen un registro de eso.
-Más allá de las presiones mediáticas o del Parlamento ¿Tuviste presiones que no trascendieron?
Conmigo no había presiones telefónicas. Siempre fui independiente. Nunca forme parte del sector ganadero o sojero. Si bien es cierto que como institución me visitaron la ARP, etc…nunca recibí llamados. No tenía más vinculación que la institucional. Hubo ocupaciones que afectaban a extranjeros y tuve que hablar con el embajador de Suiza de Brasil en fin…
-¿Qué se conversa con un embajador por ejemplo?
Los embajadores tratan de mediar, nada más. La solución a estos problemas depende en gran medida del Poder Judicial y el INDERT. En el INDERT, por ejemplo, se intentó durante el gobierno de Lugo ordenar la institución pero el tiempo no alcanzó. Hay extranjeros a los que se le han vendido títulos falsos por ejemplo.
-¿En la Comisión de Defensa que te planteaban?
Me decían que había que cumplir lo que el juez mandaba, etc… siempre a favor de la gente que decía ser propietaria, no hacían nombre propio pero decían que yo y el gobierno de Lugo apañábamos a campesinos y Carperos. Ese era el ataque de siempre que después se reproducía en la prensa. Decían que éramos complacientes. Que yo dilataba…
-¿El protocolo empezó en la época de Rafael Filizzola?
Sí, pero nosotros le hicimos algunas modificaciones. Pero volviendo al punto anterior, la mayor presión la ejercía la prensa. Permanentemente nos decía que había que entrar a sacar a los ocupantes. Me amenazaban con interpelaciones, con acusarme de desacato a la justicia….nosotros cumplíamos las ordenes, solamente que nos dábamos el tiempo necesario para que todo saliera bien. Por eso, y me siento orgulloso, en todos los casos a excepción de Curuguaty, que fue un caso atípico, tuvimos un excelente resultado en el sentido de que no hubo violencia. Yo era muy abierto con la prensa, les explicaba lo que hacíamos, pero en general, salvo algunas excepciones, estaban en contra del gobierno y las críticas a mi gestión estaban enmarcadas en ese contexto de ver todo negativo.
-Volviendo a Marina Cue ¿Resaltás que no había ni sospechas que los campesinos pudieran resistirse?
De acuerdo al informe teníamos, se llevaba el grupo adecuado para intervenir en el lugar. Es diferente montar un operativo para 1000 que para 50 ocupantes.
-Por el operativo que se montó no te habrán infirmado que había 50…
No no no, no recuerdo la cifra exacta pero me habían dicho que eran muchos más, 200 más o menos
-¿Si te hubiesen dicho que eran 50 la dotación hubiese sido menor?
¡Claro! Eso es categórico
-¿Este mismo grupo hacía los desalojos en todos el país?
Más que nada en la zona de Alto Paraná, Canindeyú, Itapúa, Amambay, donde estaba Lovera y el Jefe de Zona, Sanabria. Lovera era una persona que por el rango mismo era conocida. Yo llegue a hablar por teléfono con él en ocasión del conflicto de Ñacunday, pero nunca personalmente.
-¿Cuándo supiste que estaba todo listo para el procedimiento?
El día anterior ya me confirmaron que estaba todo preparado. Generalmente estos desalojos se hacen a primera hora de la mañana. Me dijo el comandante que estaba todo listo y no me reporto nada especial fuera del operativo ordinario. Yo siempre estaba muy atento de lo que hacia la policía. Por más que es muy difícil que una sola persona controle todo, tenía colaboradores. Yo tenía muy buena dialogo con el comandante. Teníamos una relación muy fluida. Yo tenía un reporte, que era de rutina. A las seis de la mañana me llamaba el Comandante y me pasaba un reporte telefónico, como un parte, además de monitorear la prensa. El 15 estaba en mi casa todavía cuando me dijo que estaba todo en orden e incluso hablamos de otros temas.
-¿Cuándo volvés a contactarlo?
Yo lo llamo tipo siete y media y él me dice que el operativo estaba empezando pero que no tenía nueva información. Después el me llama entre ocho y media, nueve y me informa que se está produciendo un tiroteo y que parece que Lovera está herido. “Pero ¿qué pasó? que raro” le digo yo y ahí empezamos a informarnos sobre lo que estaba sucediendo. Yo me quedo a la expectativa en conversación permanente con el Comandante. Yo tenía mucha comunicación con el presidente, cuando el comandante me cuenta lo que estaba pasando llamo inmediatamente al presidente Lugo. Después, él me llama y me pregunta si el comisario Lovera estaba herido, si le dispararon y por qué, porque Lovera era hermano del jefe de seguridad del presidente. Yo le digo “sí, está herido pero no tengo todavía el parte de lo ocurrido”.
Después nos reunimos el presidente, el comandante y yo y empezamos a evaluar lo ocurrido. Era muy difícil en ese momento, debido a toda la información que circulaba, saber qué realmente había pasado. Lo que se había planificado en base al trabajo de inteligencia y los datos que se tenían no coincidía con lo que pasaba. En ese momento ya la Cámara de Diputados reacciona y empieza a pedir Juicio Político a Lugo y a mí. Al mediodía de ese día ya estábamos hablando de cómo darle salida a esto. Yo le dije a Lugo “hay que investigar” porque de entrada era muy difícil saber que pasó. Pero, por tratar de apaciguar, porque en la prensa ya corrían diferentes versiones, salí a decir en Mburuvicha Roga, que se estaba investigando, que efectivamente había policías muertos y que yo dejaba el cargo junto con el comandante. Esto fue producto de un acuerdo con Lugo para tratar de descomprimir. Ahí, nosotros ya no tuvimos forma de saber lo que realmente había pasado.
-¿Cuándo entendiste que tenías que renunciar?
Fue una decisión difícil. Quería saber que había pasado. La información que yo tenía se contraponía con lo que había sucedido. Sabíamos que algunos de los ocupantes estaban armados pero eso era común en todas las ocupaciones. Ahí ocurrió algo que no estaba en la planificación de la policía, que no estaba en el esquema que nos habían pasado al Comandante y a mí. Hoy, mirando retrospectivamente, tengo mucho más claro lo que pasó, pero ese día era muy difícil. Yo hablé con Lugo y le dije que estaba dispuesto a ir a Juicio Político y mientras, investigar que pasó. Pero Lugo prefirió que yo renunciara para descomprimir. Después planteó conformar una Comisión Especial de Investigación sobre el caso porque se empezó a pensar lo que había pasado, porque por la información que se tenía eso no podía haber ocurrido, por eso se debía poner gente que no fuera ni de la Policía y ni de la Fiscalía.
-¿La idea de la Comisión surgió porque tenían alguna sospecha concreta de participación de la policía en la Masacre o porque en este tipo de hechos, donde la policía está la involucrada, es difícil que la fiscalía investigue su responsabilidad?
Por eso último. Iba a ser mucho más creíble. Fue idea del presidente Lugo.
-¿No hablaste nunca más con Rojas?
Me lo encontré una vez, le pregunte que elementos había pero me dijo que él ya estaba desvinculado de todo más allá que seguía hasta fin de año que pasara a retiro en la institución.
-¿Qué sabias vos de la gobernadora, que es la máxima autoridad departamental y a la que nunca se responsabilizó por o sucedido?
Yo no la conocía, pero tenía referencias, más que referencias quejas, de que presionaba a la Policía, a la Fiscalía…en esa zona se instaló el narcotráfico, grupos mafiosos, contrabando; así como en un momento dado fue Pedro Juan en Amambay, hoy está Saltos, Canindeyú y Curuguaty, a ese nivel. La información que yo tenía sobre la gobernadora es que entorpecía el trabajo de la policía, del fiscal, que pedía cambios de policías, es más, yo mismo tuve que cambiar policías porque tenía denuncias de que estaban confabulados con la mafia, el contrabando…En ese lugar, la cabeza de Canindeyú, es la gobernadora. Te repito: tenía quejas de la policía, de gente de la zona, políticos que venían a hablarme… En esto tengo que ser claro: lo que llamaba mucho la atención es que todos se concentraban en el poder que tenía la gobernadora en todas las instituciones. La información que tenía era la de un poder extraordinario que tenía la gobernadora. Te repito, tuvimos que cambiar policías porque respondían directamente a ella.
-¿Qué relación tenía Sanabria con la gobernadora?
Sanabria no estuvo mucho tiempo ahí. Nosotros hacíamos rotaciones para evitar que la policía se vincule con grupos mafiosos. Sobre todo jefes de zona y de departamentos.
-¿Cómo te sentiste esa noche?
Estaba más preocupado por lo que pudiera pasar con el gobierno que por mí. Por supuesto, soy un ser humano y estaba muy alterado pensando en lo que pasó, buscando una explicación. De entrada me pareció raro, atípico, pero se veía una animadversión tan grande que quisimos descomprimir con mi salida pero no pudo ser.
-¿Te sentís responsable de la Masacre?
Hoy no me siento responsable, en ese momento me sentí más que responsable impotente al no poder investigar lo que paso. Hoy, con los datos que tenemos de la investigación que hizo la Plataforma por ejemplo, veo claramente que fue algo montado para producir lo que ocurrió y con eso determinar el juicio y golpe de estado a Lugo. Que los campesinos emboscaron a la policía, eso yo sabía que era mentira, nunca los campesinos actuaban de esa manera y la policía a no iba a ser emboscada así no más. Todo se hizo como correspondía, la policía tenía chalecos, llevaban armas. Estaba seguro que no le emboscaron, los campesinos que ocupan tierras no actúan de esa manera. Yo soporte el ataque y siempre respondí de la misma manera: que se investigue Pero este gobierno golpista de Franco trata de simplificar con una explicación que no es creíble y hoy, con la investigación que hizo la Plataforma, queda claro que hubo terceras personas, francotiradores. No puede morir un policía con un disparo en el cuello, otro en la cabeza con un tiro de un campesino con una escopeta.
-¿Pudiste indagar tiempo después sobre lo sucedido?
Hablé con algunas personas y evidentemente lo que la gente concluye y sobre todo con lo que aportó Plataforma, es que esto fue montado. Hay políticos que están involucrados. Hay que investigar a los políticos locales. Que un político influyente de la zona, como Julio Colman, recoja las evidencias, se las entregue al fiscal y no aparezcan en la causa te da la pauta de lo que pudo haber pasado. La gente que disparo desapareció Pudo haber sicarios, etc…pero era gente que tenía la capacidad para dar muerte y lo hicieron con armas que no se encontraron en el lugar.
Ni yo ni Lugo somos responsables, esto lo prepararon para que sea el principal argumento para destituirle a Lugo. Hoy, eso queda muy claro y ellos no han hecho nada por esclarecer lo que paso. Hicieron lo más fácil: culpar a campesinos que hoy están presos sin ninguna prueba. El asesinato de Vidal Vega es muy grave porque puede ser el inicio de una campaña para silenciar campesinos y que no den información de lo que sucedió. Con este gobierno no vamos a saber nunca lo que pasó ni quienes fueron los autores materiales ni morales de la Masacre. Armaron de entrada una historia oficial he hicieron desaparecer todo lo que pudiera cuestionarla. Lo que está buscando este gobierno es que no quede evidencia de lo que realmente pasó.