“La más aguda y violenta temporada invernal sacude a Colombia en sus cuatro puntos cardinales, dejando a su paso intensas zonas urbanas, agrícolas y carreteras inundadas”.

Con estas palabras el presidente Juan Manuel Santos anunció a NP que su Gobierno decretará la “catástrofe nacional” por las fuertes lluvias que azotan al país en los últimos 15 días y que dejan hasta el momento 1.3 millones de damnificados y más de 150 muertos.

Con la medida Colombia podrá acceder a créditos internacionales por 150 millones de dólares al Banco Mundial. “Hoy, la atención del Estado se enfoca a la asistencia humanitaria de los ciudadanos afectados por la temporada invernal”.

Además, el Gobierno -como medida de emergencia.- echará mano a 25 millones de dólares incautados a los narcotraficantes para atender a los damnificados en ciudades como Bogotá, Cartagena, San Juan de Pasto, Ibagué, Santa Marta y Riohacha, Mosquera y Chía, entre otros.

El panorama es tan dramático, que en la localidad de Bosa -al sur de la capital colombiana- miles de familias se despertaron el pasado fin de semana con el agua a 60 centímetros de altura, lo que les obligó salir de sus casas en balsas y almorzar sancochos improvisados en cualquier pedazo de tierra seco.

Adicionalmente, la Sabana de Bogotá a la altura del municipio de Mosquera fue sacudió por un temporal que arrasó todo a su paso, muy similar como sucedió hace unos años con el huracán “Katrina” en Nueva Orleans, en los Estados Unidos.

Lo más preocupante, es que las carreteras por el fenómeno natural están cerradas y más de diez colegios suspendieron clases, en lo que se constituye en una emergencia nacional sin precedentes.

Eso sin contabilizar las pérdidas del sector rural, donde alimentos, frutas y animales desaparecieron por el paso del agua, lo que a juicio de los expertos consultados por NP, podría dejar en pocos días a Colombia en “emergencia alimentaria”.

No en vano, el presidente de Chile, Sebastián Piñera, en su paso por Bogotá entregó a su homólogo Juan Manuel Santos un importante número de toneladas en alimentos para los damnificados, varios de ellos, que quedaron en “la calle y la espera de la ayuda estatal e internacional”.